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Por: Verónica Reátegui Yesquén

6/2/11

MAESTRO Y AMIGO A LA VEZ

LECTURA BÍBLICA: Marcos 9:36--37

“Y tomó a un niño, y lo puso en medio de ellos; y tomándole en sus brazos, les dijo: ...”

La mayoría de las personas en aquél entonces,  buscaban alcanzar una buena posición social y económica. Algo no distinto a lo que sucede en nuestros tiempos. Si echamos un vistazo a los versos anteriores, vemos que los discípulos, de alguna manera también buscaban estos mismos intereses ¿Cómo entender lo que su maestro les pedía que hagan? “Ser el último y el servidor de todos”. Por tal motivo, Jesús al verlos bastante desconcertados, recurre al ejemplo práctico. Usualmente Jesús enseñaba con parábolas y casos prácticos, relacionados con el trabajo y la vida cotidiana, a fin de reforzar su enseñanza, sin embargo, en  esta ocasión,  visualiza su mensaje haciendo uso de lo que ellos consideraban algo insignificante y sin importancia. Un niño.

No sabemos de donde apareció este niño, y sin entrar en detalles, lo que resaltamos en esta historia es la actitud de Jesús: “tomó”, “puso en medio” y “tomándole en sus brazos”, ¿a quién? a un niño. ¿Qué significaba para los discípulos ver a un niño en medio de ellos como ejemplo en la enseñanza? considerando como eran tratados los niños dentro de aquel contexto. Los discípulos habían experimentado lo mismo cuando fueron niños y formados bajo el mismo concepto.

Semillitakids
Jesús no era ajeno a la realidad de estos pequeños, él también vivió y sintió aquella marginación de parte de los adultos. Recordemos el pasaje de Lucas 2: 41- 52, cuando apenas tenía doce años de edad, y se quedó en el Templo de Jerusalén escuchando, haciendo preguntas y dando respuestas a los maestros de la Ley. La desesperación de José y María por encontrarlo, era porque temían, que por su corta edad y por el mal trato que recibían los niños en aquellos tiempos, a él le sucediera algo malo. Un niño perdido, hasta podía ser vendido en los mercados como esclavo. En aquella ocasión, Jesús también fue un niño en medio de los maestros, un niño que no solamente escuchaba, sino que también enseñaba con sabiduría por medio de sus respuestas. Demostrando que a su corta edad también su opinión era válida, siendo un ejemplo delante de los presentes.

Es posible que la actitud de Jesús hacía el niño, era la misma actitud que un padre romano solía hacer con su hijo recién nacido, quien era puesto a sus pies. Si lo aceptaba, lo levantaba y ponía entre sus brazos, significaba, aceptación, así el niño sobrevivía. Esta actitud de Jesús fue un gran ejemplo, no era simplemente para visualizar una enseñanza, sino que en el fondo, quería demostrar con un gesto didáctico que debían acoger y servir incluso al más insignificante en la sociedad, en este caso, a este pequeño.

Paidíon: Paidós (Niño o siervo)

En este texto se utiliza el vocablo “Paidíon”, en el original griego, significa niño recién nacido, niño joven y pequeño, o niño más crecido. Paidíon es diminutivo de “pais” que significa pequeño, muchacho, asistente, criado, siervo. Ambos términos se relacionan, porque provienen de la misma raíz “Paid”, “paidós“, también significa niño, siervo, esclavo, muchacho. En el caso de “Paideutés” es educador y maestro y “Paideúo” significa: “Estar con un niño”, y Aquí Jesús es el Paideutés, quien estaba con un niño, entre sus brazos.

El término Paidíon, se utiliza para referirse a niño o siervo (esclavo), y se traduce según el contenido del texto. Entonces la enseñanza de Jesús presentando a este niño como ejemplo y la acción de tomarlo entre sus brazos, va en dirección a que, si uno de ellos quiere ser el más importante ante los demás, debe estar a su servicio. Jesús, entonces nos deja el siguiente ejemplo:

MOSTRÓ INTERÉS POR UN NIÑO: “Y tomó a un niño,
VALORÓ A UN NIÑO: y lo puso en medio de ellos;
MOSTRÓ AMOR Y AFECTO HACIA EL NIÑO: y tomándole en sus brazos, les dijo:..”

UNA DEMANDA:

Vers. 37: “El que reciba (Acepta) en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí sino al que me envió”

Estas mismas palabras que usa para sus discípulos, las usa también para los niños. Lucas( 9:46-48) tiene la misma forma de texto que Marcos, a diferencia de Mateo que agrega: 

“ ... Llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: De cierto os digo que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.  Así que, cualquiera que se humille como este niño, ese será el mayor en el reino de los cielos. Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe” (Mateo 18: 1-5)

 “Volvéis”, implica un cambio de actitud, y “hacéis”, significa ser como son los niños, “dependientes de los adultos”, en este caso de Dios. Por eso agrega, “Así que cualquiera que se humille como este niño,...” (Mt.18:1-5), Si un niño dentro de la sociedad era maltratado física y psicológicamente, despreciado y marginado, al igual que las mujeres, los esclavos, los pobres y los enfermos. Es a ellos a quienes también se les debe dar amor,  afecto y servicio. Sólo así serán los más importantes, siendo los últimos.

El mensaje “recibe” en el original griego “dejetai” tiene un significado más profundo, de “aceptar voluntariamente”, que viene más de cuidar, guardar, proteger, defender, etc. El niño se vuelve un símbolo representativo de Jesús, pues, siendo el último, viene a ser el primero entre todos.

Jesús podía solamente pronunciar la palabra “niño” para dar un ejemplo en la lección , sin embargo, él prefirió presentar a un niño real, para demostrar que así se debe tratar a los que son considerados los más insignificantes en la sociedad. Una lección visual hacía una enseñanza objetiva. Así cumplían la ley que se resumía en: EL QUE ACEPTA A UN NIÑO ES: Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón... y ama a tu prójimo como a ti mismo”. Jesús actúo de la misma manera que actuaría un niño, no se resintió a la actitud de sus discípulos en buscar al más importante, al contrario demostró su amor y humildad hacía ellos y brindó su servicio al enseñarles con amor lo correcto.

En este pasaje, rescatamos las siguientes pautas hermenéuticas, de Jesús en su trato hacía los niños:

1. Un ejemplo práctico: Tomó a un niño y lo puso en medio como ejemplo. Es interesante ver como Jesús en su enseñanza utilizaba recursos prácticos para dar una lección. No necesitó de materiales costosos. Por ejemplo en este caso, sintió que para enseñar a sus discípulos acerca de ser los últimos, al servicio de los demás, era poner de ejemplo a este pequeño, por la misma condición en que ellos eran tratados.

2. Amor y afecto: Jesús ve que los niños sienten la necesidad de que les den afecto por lo que no toma al pequeño como ejemplo y nada más, sino que lo toma entre sus brazos, haciendo que este niño se sienta seguro en medio de ellos.

3. Una demanda: Aceptar y acoger a los niños como si fuera Él mismo. Era costumbre de que los discípulos recibieran, atendieran y sirvieran a su maestro en todo. Jesús enseña que así también como sienten hacerlo con Él, de la misma manera deben acoger y servir a los niños como si se tratara de su maestro.

El término aceptar o acoger, incluye hospitalidad ya sea como huésped o como adopción permanente en la familia, prácticas muy comunes en los tiempos de Jesús; pero con un trato de amor al recibir a este niño. Por tal razón Jesús dio su mensaje final: “ El que acoja en mi nombre a un niño como este, me acoge a mí; y el que a mí me acoge, no me recibe a mí sino al que me envió ”(Versión Nuevo testamento Interlineal, Español- Griego).
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REATEGUI YESQUÉN, Verónica. "JESÚS Y SU ENCUENTRO CON LOS NIÑOS". Lima-Perú. IBL. 2003. Pp. 58-61

"Quiero Contarte" de Kids Club "leche y Miel"


QUIERO CONTARTE

//Quiero contarte que es lo más hermoso
que a mí me ha pasado oh, oh
y es aquel día cuando recibí a Cristo
en mi corazón oh, oh

Y le cuento todo lo que me sucede
pues yo se que Él me ama.
Yo ya no me siento sólo
ya tengo un amigo, yo soy muy feliz.//

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